Las denuncias en torno a estas actividades van desde pagos a agrupaciones que reciben un monto determinado y luego tienen que devolver una cantidad de este a quienes auparon su participación en las tarimas, hasta el hecho de como artistas vinculados a la empresa del señor Steven Cifre, acaparan la mayoría de las presentaciones en detrimento de los demás artistas, muestra de ello fue el caso del salsero Yanfour que el año pasado era presentado prácticamente todos los días y en ocasiones hasta dos veces por día, mientras otros artistas se secaban a la espera de que se les diera participación. Pero vaya sorpresa, ese mismo Yanfour que el año pasado acaparó la mayoría de las tarimas, este año no ha visto a linda, simple y llanamente porque ya no pertenece a la empresa de Cifre.
En este año sucedió lo propio con El Poeta Callejero, que tras ingresar a la compañía de Esteven Cifre fue traido por las greñas luego de dos años fuera de los escenarios,y hoy día es, si no el principal, uno de los artistas que más se presenta en las fiestas populares del gobierno.
En definitiva ante tantas denuncias y escándalos , los organizadores no hacen otra cosa más que guardar silencio y ocultar como el secreto mejor guardado cada detalle en torno a estas actividades, como si se tratara de informaciones privadas y no del manejo de fondos públicos, pertenecientes a cada miembro de la sociedad dominicana. Esta falta de transparencia y el silencio sospechoso de quienes están llamados a rendir cuentas, no hacen otra cosa más que validar cada una de las denuncias hechas en torno a las barbaridades que se cometen con el manejo de las mal llamadas fiestas populares, que en lugar de este nombre deberían llamarse los “ESCÁNDALOS POPULARES” por toda la podredumbre que en torno a estas se cuese.
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