New York (SL) -Los expertos apostaban a que la salsa volvería a ocupar el nivele perdido de popularidad y si consideramos lo que acontece, los pronósticos no se equivocaron, en la actualidad el género salsa ocupa la atención de bailadores, clubes y medios de comunicación, convirtiéndose en uno de los géneros más difundidos alrededor del mundo.
En nuestro país la salsa se vio a niveles tan bajos que llego a ser excluido de los premios Casandra, logrando su reintegración para el 2012 gracias a la fuerte pegada de un cantautor llamado “Alex Matos” y lo ocurrido desde entonces es conocido por todos.
Esta nueva corriente salsera, bajo la producción del maestro Víctor Waill, entre otros importantes arreglistas, le ha devuelto la vida a un género que se encontraba perdido en el túnel del olvido, con algunos fallidos intentos y un público fiel que se conforma a vivir de los éxitos clásicos.
El renacer de la salsa no se ha limitado a nuevos interpretes, la fiebre que se observa se encuentra salpicando a los salseros tradicionales, razón por la que temas grabados sin ningún éxito de proyección hoy comienzan a sonar como si fueran nuevos.
Resulta sorprendente la gran cantidad de nuevas salsas que se escuchan por la radio, los extensos set musicales que prevalecen en los centros nocturnos sustentados por bailadores de todas las edades, inspirados en el rítmico y romántico de sus letras.
Se reactivan las clases famosas de salsa, una práctica que había perdido adeptos, modalidad que le ha faltado a nuestro merengue, abandonado a la suerte hasta por nuestras autoridades.
Cómo es costumbre siempre aparecen los enganchados, aquellos que no han logrado pegarse en otros géneros, y hoy comienzan a grabar salsa creyendo que la fiebre se encuentra en la sabana, tal y como ocurrió con el merengue típico.
Se ha querido titular este nuevo renacer, con el nombre de salsa dominicana y/o salsa urbana, error que le limita su crecimiento y proyección internacional, salsa es salsa y punto.
Desde el Caribe, Europa y los Estados Unidos, la Salsa vive y quiérase o no la gente está en salsa. Por: Agustín de la Cruz (Sugar)
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