Todavía muchos proyectos musicales juran que "el promotor es mago", porque olvidan que a última instancia es el público que toma esa decisión. El promotor hace un esquema de trabajo para promocionar determinado artista, con un contenido, que luego de examinado, aprueban en conjunto. Se hace el esquema promocionar y se procede a su colocación y trabajo pomenorizado. Esa evaluación de reacción se lleva a efecto por "varios meses", pero es el pueblo llano, que al final, decide "si me gusta o no", no es el promotor.
Algunos dueños de grupos, sin tener el mínimo conocimiento de este asunto, inician trabajos de proyección de figuras, con "presupuesto familiar, de trabajo o préstamos" y al no pegar con el "eso", tildan, califican, a los promotores de "ladrones", simplemente, porque el "pueblo llano, no lo aceptó". Hay que revisar la historia de los que se "pegaron", que duraron años "con la frente en alto", "con insistencia" y nunca dejaron de tener fe, pero estos "improvisados", creen que en tres meses, serán figuras. Es una pena que personas incursionen en este oficio, para luego descalificar, así creen, a personas con suficiente tiempo en este negocio y trayectoria limpia.
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