Según informes obtenidos por este portal, una presentadora de un programa dominical, mantiene un tórrido romance con un dominicano. En el hotel, donde acuden a saciar su amor, los parroquianos vecinos, protestan, porque "los escándalos son mayúsculos", cuando se unen en un solo cuerpo. Los gritos se escuchan en todo el pasillo, lo que mantiene en zozobra a los huesped del hotel. La joven, que al parecer goza el acto, tiene que "ponerse un trapo en la boca", y de esa manera, sus agitados gritos, no se riegan.
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